Siendo un adolescente tenía un escaso autocontrol y poca fuerza de voluntad. A mis 16 años decidí mejorar mi condición física, por lo que me propuse hacer ejercicio. Pero nunca me imaginé lo que pasaría.
Comencé haciendo tan solo 3 flexiones de brazos día por medio. Semana tras semana se iban acumulando los cambios en mi físico y cerebro. Al cabo de algunos meses transformé mi cuerpo y mi blandengue autocontrol en uno de acero. Y lo más asombroso, la disciplina adquirida se expandió a otras áreas de mi vida.
Creatividad y la inteligencia de nada sirven sin disciplina, esta es la que obra los milagros. Los grandes logros en esta vida no son más que la consecución de pequeñas victorias diarias. Para nuestra suerte, la disciplina y el autocontrol se pueden desarrollar, aquí te enseñaré cómo.
¿Qué es la disciplina?
Según el diccionario de Oxford Languages, la disciplina es el “conjunto de reglas o normas cuyo cumplimiento de manera constante conducen a cierto resultado.”
Para mí, se traduce en la capacidad de llevar a cabo una tarea o actividad, teniendo o no, ganas de realizarla.
¿Cuándo somos disciplinados?
Somos disciplinados cuando cumplimos con nuestras obligaciones y responsabilidades de manera consistente y puntual, y cuando actuamos de acuerdo con las normas y reglas establecidas. Esto implica tener autocontrol, ser responsables y tener un enfoque en lograr nuestros objetivos.
Además, ser disciplinado también significa ser capaz de resistir las distracciones y tentaciones, y tener la capacidad de tomar decisiones y actuar en consecuencia. Por ejemplo, un estudiante que asiste a clase puntualmente, hace sus tareas y estudia para los exámenes es considerado un estudiante disciplinado.
¿Por qué es importante la disciplina?
La disciplina sirve para guiar nuestro comportamiento y ayudarnos a alcanzar las metas y objetivos que nos establecemos.
También es importante por qué:
- Ayuda a desarrollar el autocontrol y la responsabilidad: La disciplina nos ayuda a ser conscientes de nuestras acciones y a tomar mejores decisiones.
- Mejora la productividad: Al seguir una rutina y cumplir con nuestras responsabilidades de manera consistente, podemos lograr nuestras metas y objetivos de manera más eficiente.
- Fomenta un ambiente organizado y estructurado: La disciplina ayuda a crear un ambiente ordenado y estructurado, lo que facilita la comunicación y la colaboración entre las personas.
- Ayuda a desarrollar el carácter: La disciplina es una herramienta importante para desarrollar la fortaleza de carácter y la resiliencia en las personas.
- Mejora las relaciones interpersonales: La disciplina nos ayuda a ser puntuales y respetuosos con los demás, lo que puede mejorar nuestras relaciones interpersonales.
¿Cómo desarrollar la disciplina?
Desarrollar la disciplina requerirá tiempo y esfuerzo, pero hay varias estrategias que pueden ayudar:
- Establecer metas claras: Define lo que quieres lograr, establece metas específicas y alcanzables. Si no tienes claro que deseas lograr, te será útil este artículo.
- Establecer un plan de acción: Establece un plan para alcanzar tus metas. Principalmente, prevé qué acciones tomarás cuando te veas tentado a “no hacer lo que debes”.
- Hacer un seguimiento de los progresos: Registra tu progreso y haz ajustes en tu plan de acción si es necesario.
- Crear una rutina: Establece una rutina diaria para cumplir con sus responsabilidades y obligaciones. Al tener una rutina evitas tener que hacer uso de la fuerza de voluntad.
- Eliminar las distracciones: Identifica y evita las distracciones que puedan impedirte cumplir con tus metas.
- Aprender a decir “no”: Aprende a decir “no” a las cosas que no son importantes para poder enfocarse en tus metas y objetivos.
- Practica el autocontrol: Practica el autocontrol para evitar caer en las tentaciones que pueden desviarte de tus objetivos. En el libro Autocontrol de Kelly McGonigal se sugiere meditar como uno de los mejores ejercicios para desarrollar el autocontrol.
- Busca inspiración: Busca inspiración en personas que admires por su disciplina, esto te ayudará a mantenerte motivado y enfocado. En mi caso es David Goggins.
- Establece un horario para distracciones: Define horarios específicos para ceder a las distracciones como redes sociales, televisión, ver el correo electrónico o mantener charlas superficiales.
- Recompensate: Cada vez que logras realizar tus tareas más importantes o alcanzas un objetivo, recompensate —que la recompensa no vaya en contra de tus metas y objetivos— por el esfuerzo realizado.
Desarrollar la disciplina requiere una combinación de metas claras, un plan de acción, seguimiento, rutina, eliminación de distracciones, consistencia, paciencia, autocontrol y motivación. Puede ser difícil en un principio, pero con el tiempo y la práctica se puede desarrollar una disciplina sólida.
Un paso más allá de lo que hacemos
Es necesario efectuar un cambio profundo, una modificación en la identidad. Si eres indisciplinado es lógico que te consideres así, pero para alterar esto es necesario que te comiences a considerar alguien disciplinado.

Para obtener resultados diferentes debes cambiar los procesos y para que los cambios sean duraderos en el tiempo, hay que modificar la identidad. Nuestra identidad está formada por las historias que nos contamos a nosotros mismos y las creencias que almacenamos.
Cambia lo que haces y las historias que te cuentas y estarás modificando tu identidad.
La importancia del porqué
“Para decir no cuando es necesario y sí cuando la situación lo requiere, necesitas tener la capacidad de recordar lo que de verdad quieres y porque.” Autocontrol de Kelly McGonigal
La claridad de destino —tener claro a dónde queremos llegar— es esencial para tener una vida con significado, dirección y poder controlarnos cuando sea necesario.
No solo es relevante saber a dónde queremos ir —o qué queremos lograr— sino también tener claro porque deseamos lograrlo. El porqué, son los motivos, los cuales nos impulsaran a dedicar el tiempo y energía para alcanzar nuestras metas.
Recordarnos nuestras metas cada día y porque queremos lograrlas, nos facilita tomar las decisiones correctas —elegir aquello que nos acerca a ellas— cuando se pone a prueba nuestra fuerza de voluntad y autocontrol.
Ejercicios para entrenar el músculo de la disciplina
Aquí hay algunos ejercicios que pueden servir para iniciar a desarrollar la disciplina:
- Establece una tarea diaria: Haz una lista de tareas diarias y prioriza las más importantes para cumplirlas primero. Cómo leer un capítulo de un libro, escribir un párrafo o caminar 5 mil pasos.
- Usa un temporizador: Emplea un temporizador para cumplir con una tarea específica en un período de tiempo determinado.
- Levántate a una hora determinada: Esto puede resultar todo un desafío para algunas personas.
- Márcate beber 2 litros de agua al día: Sirve para entrenar tu disciplina y para mantenerte hidratado.
- Tiende la cama luego de levantarte: Te permite desarrollar la disciplina, iniciar el día con un pequeño logro y si todo lo demás te sale mal, al menos ya tienes la cama tendida.
- Establece una meta de ejercicio: Establezca una meta de ejercicio para cumplir cada día, como caminar 10 minutos o hacer una rutina de ejercicios en casa.
Medita durante 2 minutos: Uno de los ejercicios más recomendados para desarrollar el autocontrol y disciplina. Comienza meditando 2 minutos y si quieres luego aumenta el tiempo que le dedicas.
Quien más autocontrol tiene, menos lo usa
Las personas que son buenas en el autocontrol han aprendido mejores hábitos.
“Las personas que son buenas en el autocontrol… parecen estar estructurando sus vidas de una manera que evita tener que tomar una decisión de autocontrol en primer lugar” Brian Galla.
Estructurar tu vida es una habilidad que se puede desarrollar, requiere una combinación de cambios en tu entorno, rutinas y hábitos. Aquí hay algunas ideas que podrían ayudarte:
- Diseña un entorno favorable: Asegúrate de que tu entorno esté configurado de manera que te resulte fácil llevar a cabo tus actividades sin tener que depender mucho del autocontrol. Por ejemplo, si quieres meditar, crea un rincón tranquilo y relajante en tu hogar para practicar la meditación. Si quieres hacer ejercicio, ten tu equipo de ejercicio listo y visible. Si quieres leer y escribir más, genera un espacio cómodo para la lectura y escritura.
- Crea rutinas y hábitos: Establece rutinas y hábitos que te ayuden a llevar a cabo tus actividades de manera automática, sin tener que depender tanto del autocontrol. Por ejemplo, si quieres meditar, establece un horario y sitio para hacerlo todos los días, de manera que se convierta en un hábito. Lo mismo aplica para el ejercicio, estudio, lectura y escritura. Cuanto más automático sea el proceso, menos necesitarás usar tu autocontrol para llevarlo a cabo.
- Simplifica tus decisiones: Tomar decisiones puede agotar tu autocontrol. Trata de simplificar tus decisiones diarias para reducir la carga mental y la necesidad de usar el autocontrol. Por ejemplo, planifica tus comidas con anticipación, elige tu ropa la noche anterior, prioriza tus tareas y responsabilidades para evitar tener que tomar decisiones constantes sobre qué hacer a lo largo del día.
- Establece metas alcanzables: Establecer metas realistas y alcanzables puede reducir la necesidad de depender del autocontrol en exceso. Si tus metas son demasiado ambiciosas o poco realistas, es más probable que te encuentres luchando constantemente para mantenerlas, lo que requerirá más autocontrol. En cambio, establecer metas pequeñas y alcanzables te permitirá progresar de manera constante sin tener que hacer un esfuerzo excesivo de autocontrol.
- Encuentra motivación intrínseca: Busca actividades que disfrutes y te motiven intrínsecamente. Cuando te apasiona lo que haces, es menos probable que necesites mucho autocontrol para llevarlo a cabo. Por ejemplo, si estudias y lees sobre temas que te interesan, será más fácil mantener la motivación y la disciplina sin tener que depender tanto del autocontrol.
Experimenta con estas estrategias y encuentra lo que mejor funciona para ti.
Disciplina es igual a libertad
La disciplina puede parecer en un primer momento como algo limitante, pero en realidad, puede llevar a una mayor libertad. La disciplina se refiere a seguir un conjunto de normas y reglas para guiar el comportamiento y así alcanzar metas establecidas. La libertad, por otro lado, se refiere a la capacidad de tomar decisiones y actuar de manera independiente.
La disciplina es igual a libertad, ya que al ser disciplinados, somos libres de actuar de manera consciente y responsable. La disciplina nos ayuda a desarrollar el autocontrol y la responsabilidad. Esto nos permite tomar decisiones conscientes y actuar de acuerdo con nuestros valores y principios, lo que nos lleva a una mayor libertad personal y una mayor capacidad para vivir de acuerdo con nuestros deseos y metas.
Disciplina y motivación
La motivación —fuerza interna que impulsa a las personas a actuar y alcanzar sus metas— y la disciplina son una combinación poderosa para alcanzar nuestros objetivos y metas.
La motivación nos impulsa a comenzar y la disciplina nos ayuda a mantenernos enfocados y seguir adelante. Es importante encontrar un equilibrio entre ambos para lograr una meta específica.
Por ejemplo, un estudiante motivado para obtener una mejor calificación, pero que no tenga la disciplina para estudiar todos los días, probablemente no obtendrá esa mejor calificación deseada.
¿Cómo se come a un elefante? Bocado a bocado
Comienza con poco. Si es la primera vez que vas al gimnasio no irás a levantar un gran peso, lo mismo sucede cuando entrenas el músculo de la disciplina.
Intenta implementar algunos de los consejos brindados en este artículo, pero no todos a la misma vez. Progresivamente, ve realizando los cambios en tu vida. Pequeñas modificaciones diarias a largo plazo generan transformaciones increíbles.
Referencias
- The myth of self-control
- Autocontrol de Kelly McGonigal