Modelos mentales para mejorar la toma de decisiones

8 Herramientas Para Aumentar Tu Inteligencia

Lo que leerás a continuación es extraído de The Great Mental Models: General Thinking Concepts obra de Shane Parrish y Rhiannon Beaubien. Este es un resumen con los fragmentos más destacados (a mi parecer). Cualquier error en la traducción es mi culpa.

¿Qué es un modelo mental?

Un modelo mental es simplemente una representación de cómo funciona algo. No podemos guardar todos los detalles del mundo en nuestro cerebro, así que utilizamos modelos para simplificar lo complejo en trozos comprensibles y organizables.

El poder de los modelos mentales

  • Si conoces los primeros principios de algo, puedes construir el resto de tus conocimientos en torno a ellos para producir algo nuevo.
  • La calidad de tu pensamiento depende de los modelos que tengas en la cabeza.

Mejores modelos significan mejor pensamiento. El grado en que nuestros modelos explican con precisión la realidad es el grado en que mejoran nuestro pensamiento. Comprender la realidad es la clave del juego. La comprensión no solo nos ayuda a decidir qué acciones emprender, sino que nos ayuda a eliminar o evitar acciones que tienen un gran inconveniente del que, de otro modo, no seríamos conscientes.

En la vida y en los negocios, gana quien tiene menos puntos ciegos. Eliminar los puntos ciegos significa que vemos, interactuamos y nos acercamos a la comprensión de la realidad. Pensamos mejor. Y pensar mejor consiste en encontrar procesos sencillos que nos ayuden a analizar los problemas desde múltiples dimensiones y perspectivas, permitiéndonos elegir mejor las soluciones que se ajustan a lo que nos importa. La habilidad para encontrar las soluciones adecuadas para los problemas adecuados es una forma de sabiduría.

¿Cómo identificar un principio?

Todo lo que no es una ley de la naturaleza es solo una creencia compartida. El dinero es una creencia compartida. También lo es una frontera. También lo es el bitcoin. También lo es el amor. Y la lista continúa. Si queremos identificar los principios en una situación para atravesar el dogma y la creencia compartida, hay dos técnicas que podemos utilizar: El interrogatorio socrático y los cinco porqués.

Método socrático

  1. Aclarar su pensamiento y explicar el origen de sus ideas. (¿Por qué pienso esto? ¿Qué pienso exactamente?) 
  2. Cuestionar los supuestos. (¿Cómo sé que esto es cierto? ¿Y si pensara lo contrario?) Buscar pruebas. (¿Cómo puedo respaldar esto? ¿Cuáles son las fuentes?)
  3. Considerar perspectivas alternativas. (¿Qué pueden pensar los demás? ¿Cómo sé que estoy en lo cierto?)
  4. Examinar las consecuencias e implicaciones. (¿Y si me equivoco? ¿Qué consecuencias tendría?)
  5.  Cuestionar las preguntas originales. (¿Por qué pensé eso? ¿Estaba en lo cierto? ¿Qué conclusiones puedo sacar del proceso de razonamiento?)

Método de los 5 porqués

El objetivo de los Cinco Porqués es llegar a un “qué” o un “cómo”. No se trata de hacer una introspección del tipo “¿Por qué me siento así?”. Se trata más bien de profundizar sistemáticamente en una afirmación o concepto para poder separar el conocimiento fiable de la suposición. Si tus “porqués” desembocan en una afirmación de hecho falsable, has dado con un primer principio. Si terminan con un “porque lo digo yo” o un “simplemente es así”, sabrá que ha dado con una suposición que puede estar basada en una opinión popular, un mito cultural o un dogma. No se trata de un primer principio.

Para mejorar algo, tenemos que entender por qué tiene éxito o no. De lo contrario, nos limitaremos a copiar pensamientos o comportamientos sin entender por qué han funcionado. El pensamiento de primeros principios nos ayuda a evitar el problema de basarnos en las tácticas de otros sin comprender la lógica que las sustenta. Incluso la mejora incremental es más difícil de conseguir si no podemos identificar los primeros principios.

¿Cómo probar un modelo mental?

La única forma de saber hasta qué punto comprendes la realidad es poner en práctica tus ideas y tus conocimientos. Si no pones a prueba tus ideas en el mundo real —manteniendo contacto con la tierra— ¿cómo puedes estar seguro de que comprendes?

Sobre la complejidad

Tendemos a infravalorar las ideas elementales y a sobrevalorar las complicadas.

El pensamiento de primeros principios no tiene por qué ser tan grandioso. Cuando lo hacemos, no buscamos necesariamente verdades absolutas. Más bien, el pensamiento de primeros principios identifica los elementos que son, en el contexto de cualquier situación dada, no reducibles.

8 modelos mentales para pensar mejor

El mapa no es el territorio

El mapa no es el territorio. En otras palabras, la descripción de la cosa no es la cosa misma. El modelo no es la realidad. La abstracción no es lo abstraído.

Cuando confundimos el mapa con la realidad, empezamos a pensar que tenemos todas las respuestas. Creamos normas o políticas estáticas que se refieren al mapa, pero olvidamos que existimos en un mundo en constante cambio. Cuando cerramos o ignoramos los circuitos de retroalimentación, no vemos que el terreno ha cambiado y reducimos drásticamente nuestra capacidad de adaptarnos a un entorno cambiante.

Recuerde que todos los modelos son erróneos; la cuestión práctica es hasta qué punto tienen que ser erróneos para no ser útiles

Algunos de los mayores problemas del mapa/territorio son los riesgos del territorio que no aparecen en el mapa. Cuando seguimos el mapa sin mirar a nuestro alrededor, tropezamos con ellos. Cualquier usuario de un mapa o modelo debe darse cuenta de que no entendemos un modelo, mapa o reducción a menos que comprendamos y respetemos sus limitaciones. Si no entendemos lo que el mapa nos dice y lo que no, puede ser inútil o incluso peligroso.

Círculo de competencia

No soy un genio. Soy inteligente en algunos puntos, pero me quedo en esos puntos.

Cuando es el ego y no la competencia lo que nos impulsa a emprender, tenemos puntos ciegos. Si sabes lo que entiendes, sabes dónde tienes ventaja sobre los demás. Cuando se es honesto sobre las carencias de conocimientos, se sabe dónde se es vulnerable y dónde se puede mejorar. Conocer tu círculo de competencia mejora la toma de decisiones y los resultados.

Desde un punto de vista crítico, debemos tener en cuenta que nuestros círculos de competencia solo se extienden hasta cierto punto. Existen límites en las áreas en las que desarrollamos la capacidad de tomar decisiones acertadas. En cualquier situación, hay personas que tienen un círculo, que han dedicado el tiempo y el esfuerzo necesarios para comprender realmente la información. También es importante recordar que nadie puede tener un círculo de competencia que lo abarque todo. Solo se puede saber hasta cierto punto con una gran profundidad de comprensión. Por eso es tan importante ser capaz de identificar tu círculo y saber cómo moverte fuera de él.

Experimentos mentales

Una capacidad extraordinaria del cerebro humano: la capacidad de realizar un experimento mental detallado. Su principal valor es que nos permite hacer cosas en la cabeza que no podemos hacer en la vida real, y así explorar situaciones desde más ángulos de los que podemos examinar y comprobar físicamente.

Exploremos ahora algunas áreas en las que los experimentos mentales son tremendamente útiles. Imaginar imposibilidades físicas, reimaginar la historia, intuir lo no intuitivo.

Los experimentos mentales nos hablan de los límites de lo que sabemos y de los límites de lo que deberíamos intentar. Para mejorar nuestra toma de decisiones y aumentar nuestras posibilidades de éxito, debemos estar dispuestos a sondear todas las posibilidades que se nos ocurran. Los experimentos mentales no son ensoñaciones. Requieren rigor y trabajo. Pero cuanto más los utilices, más entenderás la causa y el efecto reales, y más conocimiento tendrás de lo que realmente se puede lograr.

Condición suficiente vs condición necesaria

Condición suficiente vs condición necesaria

El conjunto de condiciones necesarias para tener éxito es una parte del conjunto suficiente para tener éxito. Pero el conjunto suficiente es mucho mayor que el conjunto necesario. Sin esa distinción, es demasiado fácil que nos dejemos engañar por historias equivocadas.

Nota: Lo que no es obvio es que la diferencia entre lo que es necesario para tener éxito y lo que es suficiente suele ser la suerte, el azar o algún otro factor que escapa a tu control directo.

Pensamiento de segundo orden

Casi todo el mundo puede anticipar los resultados inmediatos de sus acciones. Este tipo de pensamiento de primer orden es fácil y seguro, pero también es una forma de asegurarse de obtener los mismos resultados que los demás. El pensamiento de segundo orden es pensar más allá y de forma holística. Nos obliga no solo a considerar nuestras acciones y sus consecuencias inmediatas, sino también los efectos posteriores de esas acciones. No tener en cuenta los efectos de segundo y tercer orden puede desencadenar un desastre.

El pensamiento de segundo orden no permite predecir el futuro. Solo es capaz de pensar en las consecuencias probables basándose en la información de que dispone. Sin embargo, esto no es excusa para adelantarse y esperar al análisis científico posterior.

El pensamiento de segundo orden implica preguntarnos si lo que estamos haciendo ahora nos va a dar los resultados que queremos.

El pensamiento de segundo orden, por muy valioso que sea, debe moderarse en un aspecto importante: No podemos dejar que nos lleve a la parálisis del Efecto Pendiente Resbaladiza, la idea de que si empezamos por la acción A, todo lo que viene después es una pendiente resbaladiza hacia el infierno, con una cadena de consecuencias B, C, D, E y F.

No tomamos decisiones en el vacío y no podemos obtener algo a cambio de nada. A la hora de elegir, tener en cuenta las consecuencias puede ayudarnos a evitar problemas futuros. Debemos hacernos la pregunta crítica: ¿Y después qué?

Pensamiento probabilístico

El pensamiento probabilístico consiste esencialmente en tratar de estimar, utilizando algunas herramientas matemáticas y lógicas, la probabilidad de que se produzca un resultado concreto. Es una de las mejores herramientas que tenemos para mejorar la precisión de nuestras decisiones. En un mundo en el que cada momento está determinado por un conjunto infinitamente complejo de factores, el pensamiento probabilístico nos ayuda a identificar los resultados más probables. Cuando los conocemos, nuestras decisiones pueden ser más precisas y eficaces.

El núcleo del pensamiento bayesiano (o actualización bayesiana, como puede llamarse) es el siguiente: dado que disponemos de información limitada pero útil sobre el mundo, y nos encontramos constantemente con información nueva, probablemente deberíamos tener en cuenta lo que ya sabemos cuando aprendemos algo nuevo. Tanto como sea posible. El pensamiento bayesiano nos permite utilizar toda la información previa relevante a la hora de tomar decisiones. Los estadísticos podrían llamarlo una tasa base, teniendo en cuenta información externa sobre situaciones pasadas como en la que nos encontramos.

La probabilidad condicional es similar al pensamiento bayesiano, pero se aborda desde un ángulo diferente. Cuando se utilizan acontecimientos históricos para predecir el futuro, hay que tener en cuenta las condiciones que rodearon a ese acontecimiento.

Pensar con éxito en tonos de probabilidad significa identificar a grandes rasgos lo que importa, tener una idea de las probabilidades, hacer una comprobación de nuestros supuestos y, a continuación, tomar una decisión. Podemos actuar con un mayor nivel de certeza en situaciones complejas e impredecibles. Nunca podemos conocer el futuro con precisión exacta. El pensamiento probabilístico es una herramienta extremadamente útil para evaluar cómo será el mundo con toda probabilidad, de modo que podamos elaborar estrategias eficaces.

Inversión del pensamiento

La inversión es una herramienta poderosa para mejorar tu forma de pensar porque te ayuda a identificar y eliminar los obstáculos que te impiden alcanzar el éxito. La raíz de la inversión es “invertir”, que significa dar la vuelta. Como herramienta de pensamiento, significa abordar una situación desde el extremo opuesto del punto de partida natural. La mayoría de nosotros tendemos a pensar de una manera sobre un problema: hacia adelante. La inversión nos permite dar la vuelta al problema y pensar hacia atrás. A veces es bueno empezar por el principio, pero puede ser más útil empezar por el final.

Hay dos enfoques para aplicar la inversión en tu vida. Empieza por asumir que lo que intentas demostrar es verdadero o falso, y luego muestra qué otra cosa tendría que ser cierta. En lugar de apuntar directamente a tu objetivo, piensa profundamente en lo que quieres evitar y luego mira qué opciones te quedan.

En su lugar, podemos intentar invertir el objetivo. No se trata de hacerse rico, sino de evitar ser pobre. En lugar de intentar adivinar las decisiones que nos traerán riqueza, primero intentamos eliminar los comportamientos que nos garantizan que la erosionarán. Hay algunos bastante obvios. Gastar más de lo que ganamos, pagar altos tipos de interés por las deudas para no poder hacer frente a la devolución del principal y no empezar a ahorrar lo antes posible para aprovechar el poder de la capitalización, son comportamientos financieros concretos que nos cuestan dinero. Podemos asegurar más fácilmente la riqueza utilizando la inversión para asegurarnos de que no estamos haciendo las peores cosas que impiden la acumulación de riqueza.

Obs: Utilizar la inversión para identificar tu objetivo final y trabajar hacia atrás a partir de ahí puede conducir a la innovación.

La inversión nos demuestra que no siempre necesitamos ser genios, ni limitar su aplicación a las pruebas matemáticas y científicas. Simplemente invierte, siempre invierte, cuando estés atascado. Si te tomas en serio los resultados de tu inversión, es posible que avances mucho en la resolución de tus problemas.

La navaja de Occam

Las explicaciones más sencillas tienen más probabilidades de ser ciertas que las complicadas. Esta es la esencia de la Navaja de Occam, un principio clásico de la lógica y la resolución de problemas. En lugar de perder el tiempo intentando refutar hipótesis complejas, puedes tomar decisiones con más seguridad basándote en la explicación que tenga menos partes móviles.

Por supuesto, centrarse en la simplicidad cuando todos los demás se centran en la complejidad es un rasgo distintivo del genio, y es más fácil decirlo que hacerlo. Pero recordar siempre que una explicación más sencilla tiene más probabilidades de ser correcta que una complicada contribuye en gran medida a ayudarnos a conservar nuestros recursos más preciados: el tiempo y la energía.

Cuando vemos que ocurre algo que no nos gusta y que nos parece mal, suponemos que es intencionado. Pero es más probable que sea completamente involuntario. Asumir que alguien está haciendo mal y lo hace intencionadamente es como asumir que es más probable que Linda sea cajera de banco y feminista. La mayoría de las personas que hacen el mal no son malas personas que intentan ser maliciosas.

La Navaja de Hanlon pretende ayudarnos a percibir la estupidez o el error, y sus consecuencias inadvertidas. Dice que de todos los posibles motivos que hay detrás de una acción, los que requieren menos energía para ejecutarse (como la ignorancia o la pereza) tienen más probabilidades de ocurrir que uno que requiera malicia activa.

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